Oriundo de la ciudad de Caapucú, Julio del Puerto, más conocido como “El Maestro”, llegó a Asunción durante la infancia junto a toda su familia. En la adolescencia, mientras disfrutaba de coleccionar álbumes de deportes y música, se ilusionaba con la medicina, carrera que finalmente abandonó para seguir su verdadera pasión, el periodismo deportivo, allá por los años 60.
Por Laura Morel – lauramorel@paraguay.com
Así se inició una carrera intachable, pasando por medios radiales, escritos y televisivos, viajando por el mundo y formando duplas exitosas como las formadas con el inolvidable Carlos Alberto Gómez, Arturo Rubín y Julio González Cabello. Hoy, ya retirado por motivos de salud, pero siguiendo tanto las actualidades del fútbol como del mismo periodismo, Don Julio recuerda su paso por esta profesión y, como palabra mayor, analiza la realidad de nuestro periodismo.
– ¿Cómo es el día a día de Julio del Puerto actualmente?
– Aprovechando por una parte mi jubilación, y ante los problemas de salud que tengo decidí quedar al margen de las tareas periodísticas. A pesar de algunos problemas de la vista tratamos de mantener el hábito de la lectura de libros que tuvimos toda la vida. No obstante, leo siempre diarios y revistas y a través de informativos internacionales de TV me mantengo al tanto de lo que pasa sobre todo en materia deportiva. Fuera de esto, el cuidado de la salud es importante para evitar acortar los días de vida. Tampoco descuido las actividades físicas, manteniendo caminatas cortas o en cinta mecánica.
– ¿Extraña el periodismo? ¿Siente que se retiró dejando algún pendiente?
– Claro que lo extraño, pero me manejo dentro de las posibilidades y limitaciones propias de la edad. Uno siempre tiene intenciones de seguir aportando. Después de más de 45 años de labor periodística me hubiera gustado compartir mis experiencias en un libro, pero por la intensa actividad cumplida mi tiempo se agotaba en mis responsabilidades en los medios radiales, escritos y televisivos.
– ¿Cuál es la mayor satisfacción que le dio esta profesión?
– Fueron muchas, aunque también algunos sinsabores. En cuanto a satisfacciones, haber conocido todos los continentes, prácticamente toda América. Así como países de otros continentes. En medio de esas andanzas por el mundo conocí la Unión Soviética en los años ochenta, durante un Mundial Juvenil de fútbol. En estos viajes me vinculé con periodistas de diversas nacionalidades en la cobertura de informaciones, con los que nos abrazábamos en las muchas competencias internacionales que compartimos en todo el mundo. En mi caso llegué al periodismo casi por accidente, en razón de que me dedicaba a estudiar Medicina, y por las permanentes huelgas en la Universidad de aquella época mis estudios se vieron truncados. En ese tiempo me invitaron a dedicarme al periodismo, del que ya nunca me alejé porque definitivamente era mi vocación. Valoro la satisfacción de haber conocido a mucha gente y visitado muchos países. El hecho de participar en muchos eventos internacionales tan importantes como los Mundiales de fútbol, que fueron cinco de mayores, cuatro juveniles, así como otras competencias realizadas en cualquier punto del mundo. Todo esto forma parte de mi acopio personal en esta profesión.
– ¿Cómo ve el periodismo deportivo en la actualidad? ¿Encuentra diferencias, positivas o negativas, comparando con su época?
– La profusión de medios actualmente, especialmente en lo concerniente a televisión y radios, le permite a la gente hoy en día estar más habituada a esta profesión. En mi tiempo, teníamos la ocasión de pensar más y no atarnos exclusivamente a la información, que es lo que ocurre hoy día. En deportes falta mayor cumulo de opiniones y análisis, por encima de comentarios de partidos y actividades. Antes se pensaba más y hoy la gente ya no tiene casi tiempo de sentarse a una mesa a intercambiar opiniones. Al periodismo de hoy le sobran medios, especialmente para la agilización de la información. En mi época teníamos que valernos del telégrafo y posteriormente del télex. Actualmente los elementos tecnológicos hacen todo más veloz. La información está ya en el sitio de la noticia desde la generación de la misma hasta el sitio de recepción.
– ¿Qué fue lo más difícil de sobrellevar durante su carrera?
– En la época de la dictadura, que fue larga y coincidente con mi carrera, hemos tenido que sobrellevar muchas situaciones difíciles que atentaban contra la libertad de expresión. En mi caso particular he recibido amenazas, agresiones, y teníamos que cumplir con el postulado de “autodisciplina” o “autocensura”. He tenido que concurrir a varias citas, hasta en el Palacio de Gobierno, para recibir las censuras y “recomendaciones” sobre lo que podía decir o publicar y sobre lo que no se podía opinar. Incluso me han hecho llegar amenazas de que por mis opiniones podría ser exiliado. A pesar de todas estas adversidades, siempre mantuve una conducta que mucha gente recién después de abandonar la profesión supo destacar y valorar.
– ¿Considera que actualmente se juega demasiado con la polémica, con las confrontaciones? ¿Es eso bueno?
– Ya en mi época estábamos en las fraguadas controversias donde uno opinaba de una manera y los otros de otra distinta. No es el periodismo con el que yo coincido porque simplemente es una comedia, escenario en donde fácilmente transita el periodismo de hoy día.
– ¿Puede ser que eso, a nivel global, genere tanta violencia en las gradas, así como dentro y fuera de la cancha?
– Esta fórmula periodística de la polémica también influye para crear reacciones negativas, pero existen otros varios motivos de mayor peso. Podríamos echarle la culpa a la inseguridad o a la falta de controles adecuados. Habría que consultar a los ingleses su accionar para vencer a la violencia en las canchas donde ya no existen las famosas alambradas entre pista de juego y plateas. Europa ya superó esa etapa, especialmente Inglaterra con sus hooligans. En América todavía se mantiene la vehemencia, incluyendo a nuestro país, donde lamentablemente se han dado peleas y hasta muertes a consecuencia de discrepancias por diferencia de clubes o por opinar sobre la marcha de un partido.
– Es sabido que usted es seguidor del club Nacional, ¿alguna vez eso le generó problemas?, porqué actualmente los periodistas se ven obligados a no revelar el club del cual son hinchas.
– No, porque mientras ejercí la profesión mantuve siempre la objetividad y nunca manifesté favoritismo hacia ningún club. Fueron mis hijos y mis nietos, ya en este tiempo de retiro, los que se encargaron de divulgar mi simpatía por Nacional. Ellos, al enterarse de que cuando yo era niño era seguidor de la vieja Academia, decidieron acompañar y sumarse al presente de este club.
– ¿Le hubiera gustado hacer periodismo deportivo en esta época, con el estilo que se maneja?
– Y por qué no, a pesar de que entre un telégrafo y un celular o laptop hay mucha diferencia. En el fondo, el periodismo sigue siendo el mismo a pesar de que los matices a veces cambian. Reconozco que el periodismo de hoy cuenta con muchas ventajas con relación a los medios con los que nos manejábamos nosotros.
– Si tuviera que aconsejar a los periodistas que se están iniciando y tienen grandes aspiraciones dentro de esta profesión, ¿qué les diría?
– Solo dos cosas: capacitarse y mantener una conducta. La capacitación te obliga a que nada te sorprenda.
– Si a las nuevas generaciones futboleras, ya sean periodistas, hinchas, directivos, jugadores, les tuviera que contar sobre Carlos Alberto Gómez, ¿cómo lo describiría?
– Carlos fue un hombre preocupado por su tarea y un gran trabajador. Su estilo despertaba la admiración y el deseo de escucharlo. En esos tiempos, contábamos con una audiencia de al menos el 90% de la gente que seguía los partidos a través de la radio. Supo respetar a la gente que trabajaba con él. Nos circunscribíamos a realizar nuestra tarea, él en el relato y en mi caso en la opinión de los acontecimientos. Teníamos un gran entendimiento, y aun cuando no utilizábamos esta conexión para fomentar la amistad, hay que reconocer que realmente éramos amigos.
– ¿Qué representa para usted el Círculo de Periodistas Deportivos del Paraguay?
– Es la institución a la que pertenezco desde mis inicios hasta la fecha. Hubo una época en la que se creó otro gremio, pero yo siempre me mantuve fiel al CPDP. No me equivoqué porque hoy sigue tan vigente como en aquellos primeros tiempos. Actualmente soy socio vitalicio, y he ocupado cargos importantes en las comisiones directivas, incluyendo durante dos periodos la misma presidencia del Círculo.
– ¿Qué legado considera que está dejando a esta hermosa profesión?
– El hecho de haberme mantenido, sin pensar nunca en migrar hacia otras aéreas del periodismo que no fueran el deportivo. Y pienso que me recuerdan, además de por la forma de desarrollar mi trabajo en radio, prensa escrita y televisiva, por mi conducta que me ha permitido opinar sin mayores objeciones
– ¿El periodismo deportivo y sus protagonistas han sido justos con usted?
– Considero que muchos colegas se formaron conmigo, especialmente en el periodismo escrito. Me doy cuenta que después de tantos años la gente, sino con cariño, al menos mantiene un sentido de respeto muy grande hacia mi persona.
Se inició en el programa Ronda del Deporte y en el diario La Mañana.
Trabajó luego en los diarios La Tribuna, Abc Color, Hoy y Noticias.
Fue director de las revistas As Deportivo y Marca.
En radios, pasó por Cáritas, Ñandutí, Primero de Marzo, Nacional y Cardinal.
En televisión, debutó en Canal 9 (“Esto es fútbol”), para años después pasar a Canal 13.
Fue miembro de la Comisión Directiva y presidente del CPDP.
Participó en los Mundiales Argentina 78, España 82, México 86, Italia 90, Estados Unidos 94 y Francia 98, así como en los mundiales juveniles de Túnez 77, Japón 79 y Rusia 85.
En Mayo de 1998 recibió la condecoración de la Confederación Sudamericana de Fútbol.