Luciano do Valle fue uno de los más grandes narradores deportivos del Brasil. Amaba su profesión. Era un emprendedor. Le gustaba crear, buscar novedades y sorprender. Lo hizo, por ejemplo, al sustituir un trabajo estable en la TV Globo, la mayor emisora de Brasil, uno de los más grandes del mundo, para tomar el micrófono de TV Bandeirantes. Y fue allí, en Bandeirantes, que realizó el sueño de todo periodista deportivo: Los domingos , bajo su mando, la nueva casa fue el canal de los deportes. Allí él marcó las vidas de tantos colegas, abrió caminos, amplió horizontes.
Por Vicente Dattoli – vicentedattoli@hotmail.com
Versátil, quería acabar con el “monoculto” deportivo en Brasil. No se conformaba con el hecho de que un país del tamaño de Brasil sea solo el ” país del fútbol”. Apostó fuerte por el vóleibol . Y ganó. Brasil también se convirtió en el “país del vóleibol”. Promovió, como si no fuera suficiente, el partido más importante de la historia del vóleibol, un enfrentamiento entre Rusia y Brasil en el Maracaná . Así es, el mayor templo del fútbol, recibió, un día, un partido de vóleibol. Y fue gracias a él , Luciano do Vólei, o mejor, do Valle.
Fue entrenador de fútbol, cuando se decidió a crear una selección de los Maestros que enamoraba a Brasil con estadios llenos donde se presentase. Y él, Luciano, condujo ese juego con total seriedad. Y se divertía. Como siempre lo hacíaa cuando narró partidos de fútbol, baloncesto, vóleibol, billar… Y cuando decidió apostar por Adilson Rodrigues “Maguila” en el boxeo. O cuando trajo la Indy a Brasil, confirmando que la velocidad corre por las venas de los brasileños. Luciano era todo eso. Y mucho más.
Según su viuda, este sábado, cuando se embarcaba a Uberlandia (MG), para narrar el encuentro entre el Atlético Mineiro y Corinthians por el Campeonato Brasileño, por primera vez en su vida profesional dijo que no quería irse. Ella se sorprendió. Siempre vivió la profesión. La respuesta de la mujer fue que sólo iría a narrar el partido. Él habría respondido “tal vez”. No lo hizo. Se sintió mal en el avión. Fue atendido a bordo, llevado al hospital, pero no pudo resistir.
Brasil perdió la voz de la emoción. Los llamados deportes olímpicos brasileños han perdido a un defensor. Las tardes de domingo, los partidos de fútbol, serán a partir de hoy menos apasionantes. Y qué ironía, irse antes de narrar la Copa del Mundo en su país. Hubiera sido su 11ª Copa. La más importante, sin duda. El mundial en su Brasil.
Fuente: AIPS América.